miércoles, 26 de octubre de 2016

Diario de Campaña: Sesión 21 (Contra la marabunta)

Las Ruinas de Falcongrís (eventos anteriores aquí)


En nuestra última sesión los aventureros se enfrentaron a los kobolds que habitan en el primer nivel de las mazmorras de Falcongrís. Fue un enfrentamiento duro en que aprendieron que los kobolds son unas criaturas taimadas siempre preparadas para sorprender a sus enemigos de formas muy desagradables.

Tras dejar a los kobolds atrincherados en sus habitaciones principales, el grupo de aventureros volvieron a valorar sus opciones. Volkas el mago sugirió utilizar a las hormigas gigantes contra los kobolds y el resto del grupo estuvo de acuerdo. Utilizando cuerpos de los enemigos caídos trazaron un rastro que llevaba desde la sala donde las hormigas estaban confinadas hasta la entrada a la guarida de los kobolds. Abrieron entonces la puerta y dejaron que las hormigas salieran. Su plan pareció funcionar en primera instancia y el grupo se situó en un corredor lateral hacia el norte, cerca de la guarida, para poder comprobar los resultados de su plan. Algunas hormigas obreras se dirigieron hacia los kobolds y entablaron combate, pero una de ellas se dirigió hacia el corredor donde estaban los aventureros y se enfrentó a ellos.


El grupo necesitó de todas sus habilidades marciales. Delar, el nuevo mercenario del grupo, volvió a recibir varias heridas pero al final el hacha de Khazhak y un frasco de aceite militar de Volkas terminaron con la hormiga. El grupo comprobó entonces que las hormigas parecían liberar ciertas señales según eran atacadas o se encontraban ante la presencia del fuego, y vieron como varias hormigas guerreras se dirigían al combate contra los kobolds e ignoraban su corredor. Poco después pareció que la batalla terminaba con la victoria de las hormigas.

El grupo continuó entonces con la exploración del complejo, siguiendo un corredor que discurría hacia el este y luego el sur. Sin duda Fharlanghn debía estar sonriendo a nuestros aventureros, pues encontraron unas escaleras que subían hacia la superficie. Resultó que conducían a una sala secreta para la guardia, muy próxima a las escaleras que habían usado para bajar en primera instancia. Ahora ya tenían una forma de escapar de la mazmorra sin tener que enfrentarse a las hormigas.

Cerca de las escaleras, el grupo encontró una sala que contenía el esqueleto de un escriba que parecía haber muerto mientras trabajaba en un voluminoso tomo. Tras explorar la sala con cuidado el grupo se hizo con el libro, cuyo título era "La Metafísica de los Planos". Con su nuevo tesoro se retiraron a la superficie a descansar, en el interior de la sala de la guardia recién descubierta. Así pasaron la noche sin contratiempos, y Jidra y Mylon pudieron ayudar a sanar a los aventureros que aun seguían heridos.

El grupo se dirigió entonces hacia el norte. Descubrieron varias bifurcaciones y una extraña sala que contenía una maquina llena de palancas y botones. No sabiendo nada de la máquina, la dejaron como la encontraron, sin arriesgarse a tocarla. Un poco después se encontraron con un grupo de elfos. El encuentro fue una sorpresa total, pues nuestros aventureros nunca pensaron encontrarse con una partida élfica en el lugar. Los elfos les contaron que estaban en misión de exploración para comprobar hasta donde habían llegado los kobolds en su expansión por el complejo, pues ellos habitaban en la zona suroeste. Por lo visto los elfos controlaban algunos accesos a los niveles inferiores y cobraban a los aventureros por usar esos pasajes. Los elfos incluso revelaron a los aventureros que un grupo de enanos controlaban otras vías de bajada en la parte noroeste, aunque les avisaron de que los precios de los enanos eran bastante más caros.

Con eso los elfos se despidieron y el grupo se quedó digiriendo la información obtenida...






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